(29 de octubre de 2013 - Actualizado noviembre de 2016).
Lo que era en mi niñez y juventud un mito, se volvió, más adelante en una realidad comprobada con mis propios ojos: Un caudaloso desfile de emigrantes –que pude registrar en vídeo- me habían confirmado que era cierto: Cuando el invierno inicie o acabe, ahí estarán: LOS AZACUANES, como inequívoca señal. Así lo han confirmado por muchos años nuestros abuelos y antepasados con su aguda observación: “-Ya van a comenzar las lluvias”, o bien, “-Ya se va a acabar el invierno”, decían, cuando miraban pasar esos enigmáticos pájaros surcando el cielo en peregrinaje silencioso. Qué mejor forma de celebrar el 2º Aniversario de este blog en esta fecha tan significativa para mí, que contándoles sobre esta extraordinaria y deseada experiencia que pude volver a ver y registrar hace solo dos días. ¡QUÉ LO DISFRUTEN!
Lo que era en mi niñez y juventud un mito, se volvió, más adelante en una realidad comprobada con mis propios ojos: Un caudaloso desfile de emigrantes –que pude registrar en vídeo- me habían confirmado que era cierto: Cuando el invierno inicie o acabe, ahí estarán: LOS AZACUANES, como inequívoca señal. Así lo han confirmado por muchos años nuestros abuelos y antepasados con su aguda observación: “-Ya van a comenzar las lluvias”, o bien, “-Ya se va a acabar el invierno”, decían, cuando miraban pasar esos enigmáticos pájaros surcando el cielo en peregrinaje silencioso. Qué mejor forma de celebrar el 2º Aniversario de este blog en esta fecha tan significativa para mí, que contándoles sobre esta extraordinaria y deseada experiencia que pude volver a ver y registrar hace solo dos días. ¡QUÉ LO DISFRUTEN!
¿Qué son los Azacuanes?
Son aves migratorias constituidas
por distintas especies que recorren nuestro continente entre el Norte (Canadá, E.U.) y el Sur (hasta la Patagonia). A
estas aves que se mueven en grandes grupos (de cientos o miles a la vez) los
biólogos les conocen como rapaces, dado que en su mayoría se trata de zopilotes cabeza roja, gavilanes y águilas, así como algunos milanos, halcones que también les acompañan en menores cantidades.
Detalle de una columna volando. Pueden observarse las diferencias entre tamaño y color (Los más pequeños y claros, son Gavilanes de Swainson, los más grandes y oscuros, son Zopilotes Cabeza Roja)
Tres gavilanes de Swainson (Buteo swainsoni) vuelan junto a un Cathartes aura (zope cabeza roja)
Algunas de las especies que más nos visitan durante la migración.
- Zopilote aura (Cathartes aura)
- Gavilán de Swainson (Buteo swainsoni)
- Aguililla Ala Ancha (Buteo platypterus)
- Milano de Misisipi (Ictinia mississippiensis)
- Cernícalo americano (Falco sparverius)
- Halcón peregrino (Falco peregrinus)
- Águila pescadora (Pandion haliaetus)
- Zopilote cabeza negra (Coragyps atratus)
- Gavilán rastrero (Circus cyaneus)
- Gavilán pico gancho (Chondrohierax uncinatus)
- Aguililla Aura (Buteo albonotatus)
- Milano tijereta (Elanoides forficatus)
Lo que se escucha popularmente acerca de los Azacuanes es que "son aves grandes, de color oscuro, con origen y destino
incierto, pero que vienen a decirnos que algo en nuestro clima va a cambiar". Si
pasan entre marzo y mayo, pasaremos de la época seca a la época
lluviosa, y por tanto, tiempo de bendición, de ir preparando los aperos para
cultivar (antes, una tarea vital en nuestra cultura).
He leído que incluso la gente estaba pendiente del cielo para ver aparecer aquel río de aves silenciosas y, cuando esto sucedía, detonaban gritos: -¡Ya vienen los Azacuanes!... ¡Ya vienen los azacuanes!. Niños y adultos celebraban y hasta se sonaban caracolas. También he leído que nuestros antepasados consideraban a estas aves como enviados de las deidades a recorrer la tierra y dar cuenta de lo que veían. Lo que sí me consta, es que siguen pasando, pese a la crítica situación ambiental del planeta, como fieles testigos de la vida, pero que cada vez menos –especialmente en las ciudades- la gente se entera de su paso, pues ya nadie sube la vista hacia el cielo, y la capacidad de asombro está quedando resagada por la explosión de tantos distractores que tenemos.
Si pasan entre octubre y noviembre, es que el invierno está por acabar y viene la época seca. Por ello, la palabra Azacuán está relacionado con el vocablo náhuatl "Atzacua" que se relaciona con "acarrear" agua. Posiblemente, la relación que se hace entre estas aves rapaces con el inicio y el final del invierno ha dado lugar a su nombre popular.
He leído que incluso la gente estaba pendiente del cielo para ver aparecer aquel río de aves silenciosas y, cuando esto sucedía, detonaban gritos: -¡Ya vienen los Azacuanes!... ¡Ya vienen los azacuanes!. Niños y adultos celebraban y hasta se sonaban caracolas. También he leído que nuestros antepasados consideraban a estas aves como enviados de las deidades a recorrer la tierra y dar cuenta de lo que veían. Lo que sí me consta, es que siguen pasando, pese a la crítica situación ambiental del planeta, como fieles testigos de la vida, pero que cada vez menos –especialmente en las ciudades- la gente se entera de su paso, pues ya nadie sube la vista hacia el cielo, y la capacidad de asombro está quedando resagada por la explosión de tantos distractores que tenemos.
Si pasan entre octubre y noviembre, es que el invierno está por acabar y viene la época seca. Por ello, la palabra Azacuán está relacionado con el vocablo náhuatl "Atzacua" que se relaciona con "acarrear" agua. Posiblemente, la relación que se hace entre estas aves rapaces con el inicio y el final del invierno ha dado lugar a su nombre popular.
¿Qué importancia tienen los Azacuanes?
El paso de los azacuanes no es solo un curioso hecho de la naturaleza. Son un indicador natural de equilibrio. Por ejemplo, si nuestro continente americano se comparara al cuerpo humano, los Azacuanes podrían ser algo así como la presión arterial, o el nivel de glucosa, o cualquier otro signo que indica que todo marcha bien, que todo está en equilibrio… que está saludable.
Los cientos de miles de rapaces que vienen a parar a lo largo del continente, se van distribuyendo para pasar la temporada (octubre-marzo). Durante su permanencia, consumen a diario mucha carroña (los zopilotes) o presas como aves, roedores, serpientes, etc.
Si estos visitantes no vinieran o redujeran su presencia, lo más probable es que la población de estas presas se dispararía a nivel de plagas (de palomas, de roedores, etc.) Estas poblaciones deben ser controladas por depredadores y, los Azacuanes, son parte de ellos. Por otra parte, la carroña de muchos animales muertos no sería devorada y quedaría expuesta a la intemperie como fuentes de infección, a merced de moscas.
Por lo dicho, los Azacuanes son más que necesarios en nuestras latitudes, su función biológica es insustituible.
El “Conteo de Rapaces” un registro para la ciencia.
Los biólogos, desde México, hasta Panamá registran el paso de los Azacuanes para tener un monitoreo de la población (estudiar si sube, baja, qué tipo de especies predominan, rutas de la migración, etc.)
De esto fui testigo por primera vez el 26 y 27 de
octubre de 2013 en Suchitoto, departamento de Cuscatlán, situado
a 47 km de San Salvador. Con mi cámara preparada, y con una ilusión guardada
por mucho tiempo. Los biólogos salvadoreños con los que contacté me lo habían asegurado “-Hay un 90% de que veamos Azacuanes.”
Yo me preguntaba muchas cosas y revisaba mis inquietudes mientras conducía por la carretera húmeda por la llovizna:
Yo me preguntaba muchas cosas y revisaba mis inquietudes mientras conducía por la carretera húmeda por la llovizna:
¿Cómo saben el día y la hora?
(Pues el evento estaba programado como quien agenda una reunión).
¿Será tan palpable ese encuentro
como para distinguir un ave de otra?
¿Cómo saben en qué momento pasarán?
Azacuanes observados en carretera Troncal del Norte, entre Guazapa y Aguilares.
Contando rapaces, contando Azacuanes.
Me encontré al llegar en una
azotea, a pleno sol, que ya había superado la nubosidad y la disipaba. Ahí
estaban los contadores de rapaces, listos desde temprano para iniciar el conteo, observando el horizonte con binoculares.
El sol ya quemaba y yo comenzaba
a ponerme ansioso. Una hora más tarde, se podía ya observar el primer grupo aparecer. Se observa a lo lejos cómo se arremolinaban cientos de rapaces.
Al cabo de unos 10 minutos,
efectivamente se fueron separando del remolino para enfilarse en largas y
anchas filas, como un río aéreo. Ahí
estaban, a unos 200 o 300 metros sobre nuestras cabezas.
El grupo de conteo va registrando las especies, contando y diferenciando una especie de otra para ir, hora tras hora, haciendo consolidados hasta lograr un total en el día.
Se podría decir que esta iniciativa es como un muestreo, dado que en realidad los Azacuanes pasan a lo largo de octubre y noviembre (principales meses de migración).
Se podría decir que esta iniciativa es como un muestreo, dado que en realidad los Azacuanes pasan a lo largo de octubre y noviembre (principales meses de migración).
Los grupos de rapaces pasan
espaciadamente por minutos o por horas, todo depende de las condiciones del
clima y las corrientes (que ya explicaré más adelante). Entre esos lapsos, los
biólogos confrontan sus apreciaciones para confirmar especies, las cuales distinguen por forma de cola y alas, el tamaño, color, manchas y
comportamiento. Los más expertos dan sus opiniones a los menos experimentados y
entre todos hay un clima de mucho compañerismo y deseo de compartir
conocimiento.
Las tres especies más numerosas.
Las tres especies más numerosas.
Zopilote Cabeza Roja / Turkey Vulture (Cathartes aura)
Gavilán de Swainson / Swainson's Hawk (Buteo swainsoni)
Gavilán Ala Ancha / Broadwinged Hawk (Buteo platypterus)
Gavilán pico ganchudo (Chondrohierax uncinatus)
Los secretos de los azacuanes.
- Aunque vuelan juntos en grandes grupos de decenas, cientos o miles a la vez, son distintas especies.
- Hay especies que pueden viajar desde la zona más boreal (norte) como Alaska o Canadá, hasta la zona más austral (sur) de nuestro continente, incluso la Patagonia. Esta distancia puede ser de unos 15 mil kilómetros. Si consideramos que ese trayecto lo hacen de ida y vuelta, algunos individuos podrían volar durante un año 30 mil kilómetros en su migración.
- Las razones por las que los azacuanes emprenden su largo viaje es para abandonar su hábitat durante el invierno, dado que por las bajas temperaturas, la supervivencia es casi imposible, y la comida escasea. Así es como van al sur en busca de mejores condiciones. Vuelven cuando va a terminar el invierno allá en el norte.
- Los azacuanes ocupan el mínimo de energía que les sea posible para volar. Utilizan las corrientes de aire caliente sobre las cuales se deslizan (planeando). Estas corrientes son como carreteras invisibles que ellos saben detectar porque son las que los empujan y sostienen en el vuelo.
- Normalmente no se detienen en su trayecto. Lo hacen solo por eventualidades como tormentas muy fuertes o temporales, dado que no favorecen las corrientes térmicas, o bien para abastecerse, o cuando cae la noche. Entonces bajan a las montañas aledañas a pernoctar. (Muchas rapaces pernoctan en nuestras montañas y bosques).
- Al amanecer se levantan nuevamente aprovechando las corrientes térmicas al calentar el sol de la mañana. En esos momentos se les puede ver volar a baja altura, en vórtex (Ver infográfico 1, abajo) para irse elevando y así reiniciar su trayecto.
- Los vórtex son formaciones en espiral que los azacuanes realizan. Cientos de ellos se arremolinan cuando detectan una columna de aire caliente. Con ello ganan más altura y cuando lo han conseguido, vuelven a deslizarse –planeando siempre- en otra corriente de aire caliente. (Ver infográfico 1, abajo)
- Algunos azacuanes se quedan a vivir temporalmente en los territorios que recorren. Más de alguno se ha quedado a vivir en nuestro país. Pero eso sí, no se reproducen durante la migración. Solo se reproducen al volver al norte.
- Los mitos a veces no favorecen a estos importantes miembros del equilibrio biológico global: al desconocerlos o considerarlos amenazantes, los matan. Esta y otras razones (como muertes naturales o algunos que se quedan) hace que muchos azacuanes no vuelvan con el grupo.
- Los observadores de aves rapaces –como mis estimados amigos biólogos- conocen cuándo pasarán no solo porque se sabe que lo empiezan a hacer desde en septiembre allá en el norte. Ellos monitorean su paso a través de los distintos países: México, Guatemala, etc. Gracias al reporte de otros colegas que informan los avistamientos, calculan los días más propicios para observar. Ellos no pasan en un solo día. Pueden pasar a lo largo de varias semanas, especialmente a finales de septiembre y todo el mes de octubre.
- Para saber dónde pasarán, se conoce en cada país las rutas que ellos suelen tomar con más frecuencia. Estas dependen de aspectos geográficos: presencia de montañas, humedales, lagunas, lagos, ríos y las zonas que por experiencia y observación saben que se mueven las corrientes de aire termales. Suchitoto, en este caso, es un lugar estratégico. Sin embargo, pueden pasar a lo ancho del territorio. Los he observado pasar por nuestra capital, San Salvador.
- En una misma temporada, pueden pasar decenas de miles de azacuanes atravesando nuestro territorio.
- Si las condiciones climáticas y otras son favorables, un ave rapaz podría atravesar nuestro país en unas 5 o 6 horas. Sin embargo esto solo es posible con un vuelo continuo sin interrupciones.
- Para contarlos, se hace cuando van en filas, en avanzada, y no cuando están en vórtex, pues es imposible contarlos, con cientos de individuos dando vueltas en círculo.
- Existen algunos ejemplares a los que se les ha puesto un transmisor, con el que van monitoreando día a día por dónde pasa, la velocidad promedio, la distancia recorrida entre lapsos de tiempo y en total. Tal es el caso de "Island Girl", un halcón peregrino hembra, adulta que partió de la Isla de Baffin, Canadá el 19 de septiembre y pasó por Honduras el día 13 de octubre. Para el día 27 de octubre ya estaba en Colombia. Este tipo de tecnología ayuda a conocer el comportamiento de esta especie en su ruta migratoria.
Infográfico 1. Un vórtex es la formación en círculos que las rapaces
utilizan para tomar altura, aprovechando las columnas de aire caliente
en ascenso.
Infográfico 2. En forma general, esta es la ruta que las rapaces migratorias
siguen en su ruta hacia el sur. Meses después retornarán hacia el norte.
siguen en su ruta hacia el sur. Meses después retornarán hacia el norte.
¿Vuelan durante la noche?
Al atardecer, los grupos buscan sitios adecuados (montañas, bosques, cultivos o hasta antenas) para pernoctar. Entonces, descienden para descansar. Pueden hacerlo antes del anochecer, si las condiciones climáticas como lluvias o fuertes vientos, les impiden seguir su trayecto lo harán antes. Pude observar este impresionante fenómeno el 19 de octubre de 2014, cuando observando un vórtex desde la carretera, entre San Salvador y Apopa, los azacuanes comenzaron a descender y comenzaron a percharse en árboles y en una torre de energía de alto voltaje. Ocurrió temprano, a las 4.30 pm. seguramente porque eran días lluviosos y había amenaza de tormenta. Adentrándome entre cultivos y bosque, logré llegar al pie de la torre y observarlas mientras se estiraban y acomodaban.
Grupo de conteo de Rapaces Migratorias (Azacuanes)
Hasta la próxima...
Culmino este relato con un detalle muy personal: un soneto escrito por mi amigo y hermano, Gustavo Melara, que reside en Boulder, Colorado, quien se inspiró en esta historia. GRACIAS.
Culmino este relato con un detalle muy personal: un soneto escrito por mi amigo y hermano, Gustavo Melara, que reside en Boulder, Colorado, quien se inspiró en esta historia. GRACIAS.
AZACUANES
La nube se reconoce rapaz,
el vértigo anima su arquitectura;
acarrea mayos, vientos y un haz
de sombras que estallan desde la altura.
La nube, acordeónica y tenaz,
va insinuando estelas de su hermosura:
el cernículo se siente capaz
de ser a la vez aura y águila pura.
Un milano se transforma fugaz
en halcón, y emerge de su envoltura
circus cyaneus, dejando detrás
kilómetros que el aire configura.
Convocan un vórtex de alas y esferas;
sus inviernos rezuman primaveras.
(Para Mario, hermano y amigo, claro)
Gustavo Melara.